Esto nunca ha sido un simulacro:
es la vida.
No hay red abajo.
Si te subes al avión de la existencia
lo deberás controlar serenamente
y, si te azota el miedo
por la inminente partida de los tuyos,
debes llorar.
Si se te rompe el freno
en mitad de la autopista y chocas
contra el faro de la muerte,
es lo que hay. Porque esto
nunca ha sido un simulacro.
Tú tal vez pensaste, un día, que todo era
un ensayo fugaz,
un maremoto que habría de calmarse,
más tarde o más temprano,
un puente que cruzar sobre el abismo
y luego
volvería todo a comenzar,
una vez y otra.
Pero todo es mentira.
Si se falla una vez, ya no hay remedio.
Queda una sola oportunidad,
un solo viaje.
Por eso aquí has dejado todo
lo que queda de ti,
la marca de tu origen, el resumen
de todas tus ideas, el compendio
de todos tus defectos.
Todo de golpe.
Todo al mismo tiempo.
Sin censura,
como se viene al mundo en el vientre de tu madre.
Porque esto es la existencia.
No valen simulacros.
Solo una vida.
Una oportunidad para la muerte.
María Luisa Mora Alameda: Simulacro cero.