La poeta Ana Martín Puigpelat recitando.

Manuel Carmona Rodríguez

Conversa Rick´s Café con la excelente poeta Ana Martín Puigpelat que a finales de 2013 publicó su nuevo poemario El descanso del viento (Polibea), en el que esta lírica madrileña muestra la capacidad catártica de la naturaleza a través de sus versos.

Nacida en 1968, forma parte de la generación de 1974, aquella cuyos miembros vinimos al mundo entre 1967 y 1981. Como ya conocen los lectores de RICK-CAFE.COM nos hemos encontrado con las tasas de paro inasumibles, los sueldos mil euristas, los periodos excesivos de becarios, los injustos precios de alquiler y compra de vivienda, la partitocracia y el vil sindicalismo de unos cuantos al servicio de los poderosos de las finanzas y de una filosofía empresarial especuladora. De una u otra forma, estos temas son musicados en los versos de Ana Martín Puigpelat.

¿Qué piensas y sientes cuando estás en el mar junto al Peine de los vientos de Chillida? 

Siento realidad y fuerza, y pienso en lo pequeñita que soy, la insignificancia que supongo frente a la belleza y la Historia, lo que permanece más allá de nuestros deseos o empeños.  

¿Por qué elegiste a Verónica Aranda como prologuista? 

Verónica me parece una de las mejores poetas de nuestro país, aparte de una bellísima persona. Considero un honor compartir libro con ella. Su sensibilidad se acerca a la mía y era fácil que comprendiera lo que he querido transmitir en los versos. 

Cómo detiene Gloria el viento y qué sensaciones provoca. 

Gloria, además de muchas otras cosas, ha traído la tranquilidad a mi vida. Consigue que el viento no arrebate nada a su paso más que el dolor que pudiera quedar en algún resquicio de la memoria, y así el viento sólo puede murmurar el principio de una melodía nueva que habla de futuros posibles, paz y armonía. La sensación principal que provoca es serenidad.  

Inicias este poemario con unos versos de denuncia a la estafa inmobiliaria y a su continuación hoy con los desahucios. Dos cuestiones, la primera, ¿qué esperanza tienes en que el pueblo se levante de ésta? 

La ciudadanía está demostrando una constante solidaridad. Es lo único que genera esperanza. La clase política está acabada, forman parte de una extraña película de ficción completamente ajena al pueblo. Y poco a poco se está demostrando que la unión hace posible acabar con tanta injusticia. La revolución es posible, ya hemos dejado de estar dormidos. La solución a tanto desvarío está en nosotros mismos, ni en las urnas ni delegando en nadie que ni está capacitado para ejercer ni para salvar. Debemos considerarnos ya mayores de edad, no dependemos de unos padres que nunca nos han querido. 

La segunda, ¿qué tenemos que hacer para que esa corrupción generalizada no se reproduzca? 

Es difícil tener soluciones, pero mientras la opción esté en las urnas debemos pensar mucho antes de decidir. Por otro lado, la denuncia ante cualquier certeza es posible. Pero lo más importante comienza por la autocrítica, por no permitirnos a nosotros mismos la más mínima ocasión de romper la legalidad. Desde cualquier nivel, solemos aprovecharnos de la primera posibilidad que se nos presenta. En este país, nos consideramos más listos si delinquimos (a pequeño nivel: hacienda, tráfico…) y eso es algo que ya debería ir cambiando. 

Cómo se aprende a aceptar la mirada de los otros sobre una misma. 

No es fácil. La mirada siempre supone un juicio y eso asusta. Pero hay grandes contradicciones que nos atraviesan y, a pesar del miedo, he preferido exponerme a través de lo que escribo. En este caso, tras el esfuerzo de un trabajo hecho con todo lo que es una, la mirada supone el reconocimiento de que ese trabajo ha llegado a algún sitio y ese es el fin. Así que se aprende a base de conseguir que la obra se transmita.  

Qué tienen el agua del otoño y la nieve del invierno que riegan el deseo y la pasión amorosa. 

El frío invita al abrazo, al acercamiento. La sensualidad de la lluvia y el viento, lo que moja, acaricia y envuelve. Todo aquello que nos hace sentirnos vivos. La verdad es que no hemos inventado nada, todo está en la naturaleza. 

Resulta muy sintomático e ilustrativo el diseño diferente dado a los poemas que integran cada una de las tres partes de este poemario. Cómo surgió ese planteamiento estético y conceptual.  

En este poemario mi intención era indagar en el lenguaje, en las diferentes maneras de decir. Los propios títulos de las diferentes partes del libro hacen referencia a la forma en la que van a aparecer los versos, ya sea la horizontalidad de la disposición, el continuo de la prosa como un camino, o la importancia del silencio a través del aire. 

Por qué el viento es a la vez luz y llave. 

Porque su lenguaje ilumina todo aquello que acaricia y abre la posibilidad de que, a través de él, hable el árbol, el cristal de la ventana o la distancia. 

Cómo sabe una persona que está libre de trampas y de naufragio su corazón. 

Cuando vienes del pertinaz engaño y del fracaso absoluto, y encuentras a la persona sincera y dispuesta a compartir tu camino, aunque las certezas no existen, sabes que ya has llegado a tu hogar, que ya no has de seguir vagabundeando. Pase lo que pase, la vida te ha dado tu recompensa. 

En este poemario, uno puede sentir la fuerza de la naturaleza. Tu diálogo poético con ella es intenso y vivo. Cómo nació tu amor hacia la naturaleza. 

Este planeta es nuestra única casa, todo lo demás es pura artificialidad y tiene un fin. La mayor belleza está en lo auténtico. Los momentos de mayor felicidad siempre han tenido alrededor un paisaje natural. Aunque nos creemos algo más no somos más que el final de la cadena alimenticia. 

Sobre qué te gustaría hablar que no hayamos hablado. 

De la verdadera razón de la poesía, de todo lo que se puede hacer a través de un verso, de cómo no hace falta gritar ni estar en ningún grupo para decir y que te escuchen. De lo que agradezco esta entrevista y vuestro interés.