Miguel Veyrat, poeta, fundador de Documentos TV, corresponsal, enviado especial...
Foto de Luis Algorri
Manuel Carmona Rodríguez
Nos citamos Miguel Veyrat y yo en una de esas maravillosas oficinas que tienen ciertos poetas y periodistas, el Bar Europa. Es cuestión de descubrirla o de que ella te atraiga con su sugerencia. Como es costumbre en esa casa, nos atienden sus camareros Pedro, Trini o Pepe con la sensibilidad que da el querer su oficio y tener don de gente.
Estamos en uno de los lugares más transitados de este plano urbano medieval y, sin embargo, la conversación en torno a la edición bilingüe en español e italiano de su poemario Razón del mirlo (Commisso Editore) se desarrolla fluida. La edición y traducción la ha realizado la extraordinaria traductora Marcela Filippi Plaza.
Ya no nos acordamos ni de un pseudo guitarrista que durante unos breves minutos irrumpe en medio del verbo.
No tenemos prisas. Le pregunto y él nos habla…
Cuando echas la vista atrás, qué sientes por estar viviendo poéticamente.
Una alegría inmensa. Yo creí que mi vida estaba acabada cuando me prejubilaron. Ya lo es la jubilación para determinadas profesiones. Sin embargo, los viejos roqueros nunca mueren. Los periodistas y poetas auténticos, no los impostores. El problema es que haya buenos lectores. La poesía exige ser leída con atención al tiempo que con pasión, pero no tragarse un libro de poesía de una sentada. Descubrir la polisemia oculta en las palabras y la que el propio lector les otorga. Yo todavía descubro cosas insospechadas en mis poemas y libros. El pensamiento está influido por la emoción y ésta palpita.
Cómo vislumbras la música de esta etapa de tu vida.
Ha llegado siempre como una interiorización de la palabra que penetra iluminada por el tono. Hace unos días hablábamos de Eugenio Trías. Él modificó el texto del primer versículo de San Juan. Decía que al principio era el tono. De la entonación llega la palabra. De ésta la dialéctica con el otro y de ahí el pensamiento, toda clase de pensamiento, y por supuesto el poético.
Dos años, dos solsticios de verano, los de 2007 a 2009, para escribir Razón del mirlo. Qué proceso de cocción y maduración llevó esta obra.
Hablamos de emociones y escritura. Ésta requiere un esfuerzo interno pero se depura y se decanta al paso del tiempo usas sintagmas nuevos o los usas de otra manera. Cambias la estructura misma del lenguaje. La poesía en mi caso se madura sola dentro de la cabeza, me quedo abstraído largo tiempo. Mi pareja se percató de que en mi proceso de escritura quedo como detenido y estoy dejando que algo ocurra. Es difícil de explicar. Hay por medio unas circunstancias biográficas, una experiencia vital dura.
En mi niñez pasé 7 años en un internado, en los años 50. Luego he sido enviado especial y corresponsal. Llegar a una tierra profunda al tiempo que alegre y desenfadada, de gente muy especial, como Andalucía es una experiencia que marca enormemente. No sabría definir a los andaluces. Veo a Andalucía como un microcosmos, mejor dicho como país por entero mas con bastantes micro culturas y modos de ser según sus regiones. Para mí un gaditano y un malagueño no tienen nada que ver, por poner un ejemplo. Soy federalista desde niño, y no sé por qué, de modo instintivo. En mi época, casi todos los niños eran monárquicos. Tenía que existir un Gran Jefe. Pero si la historia, la cultura, las lenguas se formaron por su cuenta y después los guerreros y los geógrafos trazaron las distribuciones de los mapas a plumilla… Reconozco, sí, ya que me preguntas que me gustaría la unión de España y Portugal, una República Federal Ibérica.
Y como entre periodistas y escritores está la conversación, por un momento le hacemos un guiño al poemario del que estamos hablando, y le pregunto a Miguel por la Unión Europea. Resulta curioso que Tratado de Lisboa es el nombre que se pensó para la Constitución de la Unión Europea.
¿Por qué no hay un debate colectivo sobre una Constitución Europea? ¿A quién no le interesa? Ahora la Unión Europea es una suma de intereses inconfesables de grupos económicos con una declaración social también incorrecta. No existe como Estado autónomo, y así le va en la Comunidad de Naciones, plegándose al arbitrio de los más poderosos política, militar y económicamente.
¿Qué está pasando en Ucrania? Se está gestionando la situación en la OTAN a través de los militares estadounidenses.
¿De qué crisis me hablan? La actual se ha implantado hace más de treinta años por las armas en Sudamérica y luego en Europa por leyes durísimas de la Escuela de Chicago. Son ultraconservadores, no neoliberales en economía, política, en cuestiones sociales. Y nos están gobernando.
Hecho el guiño imprescindible, volvemos a Razón del mirlo.
Si Rafael Hidalgo describió en su ensayo a Julián Marías como un filósofo enamorado. Tú tras dos matrimonios, sigues creyendo en el amor y dedicas tu poemario a tu pareja. Dos cuestiones, la primera, ¿qué análisis emocional haces de esta extraordinaria experiencia en tu vida con ella?
Es una relación muy especial, nos hemos unido al final de nuestras vidas tras unas experiencias vitales muy intensas. Existe el amor en la tercera edad con unas características muy distintas del carácter reproductivo de la primera o segunda juventud o de la primera etapa de adulto.
Los hombres también sufren su crisis de edad, cuando perciben que aquello que soñaron hacer cuando jóvenes no se ha cumplido ni lleva trazas de cumplirse. Muchos se divorcian entonces creyendo que en ello está la solución a esa fatiga vital, depresiva. También existe gente que tiene un falo en su cabeza hasta que muere y cambia continuamente de pareja de modo compulsivo. Pero quien vive y quiere vivir con coherencia tiene que buscar o inventar otro modo de relación. En ella se enriquecen los dos. En fin, en mi caso, estoy viviendo una segunda vida.
La segunda, qué mensajes sugieres a aquellas personas que, tras un naufragio amoroso, tienen miedo a volver a amar.
Yo creo que si no te ahogas y desapareces físicamente, y en cambio te agarras a tu pecio, a tu cuerpo y ánimo destrozados, limpias y pegas los pedazos, quizás no quede un bajel de toneladas, pero a lo mejor una balsa como la Kon-tiki y bastante marinera.
Es la voluntad de seguir vivo; la ocasión se presenta inopinadamente y te puede traer el amor. Ahora bien, también te puede traer la desgracia, la degradación física.
¿Qué es amar? es la gran pregunta eliminada la parte reproductiva.
Con esto hay que tener mucho cuidado. A veces se confunde la atracción física con el amor. Eso lo tiene que decir cada uno. Hay tantas maneras o modos de amor como personas. Depende de la estructura personal y cultural de cada individuo, de su niñez y adolescencia. Si no, no estaríamos asistiendo a la situación actual y no resuelta satisfactoriamente entre varón y hembra, poblada de contradicciones y vestigios de un pasado patriarcal y omnipresente que terminan ensangrentando sus vidas y las de sus hijos. Pero no quiero ponerme trágico, la verdad está ahí a diario en las noticias.
Descríbenos la flora y fauna de vuestro jardín.
Además del mirlo, … -y Miguel rompe a reír con espontaneidad-… Tenemos dos lechuzas blancas que anidan entre los restos de yedras en un torreón. Es un ave migratoria del verano y por la noche las ves pasar sobre el Mar de Trafalgar y cruzan el jardín mientras leemos. A menudo se posan sobre la baranda y te miran fijamente mientras empiezan a girar sus cabezas de ese modo tan peculiar y como extraterrestre.
Ya conocí a los mirlos cuando vivía en París, en el Barrio Latino cerca de La Sorbona en una plaza ajardinada, un Square. Su canto se me quedó prendido en la sesera cuando volvía a casa de madrugada a la misma hora en que ellos comenzaban su jornada.
Hay todo tipo de animales, sobre todo aves marinas, algún albatros, gaviotas, pero también jilgueros, y toda clase de pájaros de campo. Insectos diminutos que me divierte descubrir y seguir sus trayectorias como cuando niño entre la grama.
En cuanto a la flora, tenemos rosales, buganvillas, madreselvas, hibiscus, adelfas blancas o rojas. Las retamas blancas tienen un olor casi a carne humana. Hay un almendro, un ciruelo… dos palmeras…
Pero, sobre todo, hay paz. También los vientos del Estrecho, poniente y levante, norte y sur, que a menudo se pelean sobre nuestras cabezas hasta que uno de ellos se queda vencedor y se apodera del clima del día.
Arrancas el poemario con unos versos de Cernuda. Vives en la calle Aire donde él vivió. Qué de magia tiene esto.
Tiene una magia natural, sincrónica. Cernuda es uno de mis poetas favoritos. Uno de los maestros ausentes por el franquismo. Los niños que nos educamos tras la guerra hasta la pubertad de 15 ó 16 años, estábamos bien controlados a través la enseñanza impuesta por los poderes religiosos y políticos de los vencedores. No teníamos acceso más que a un pasado cultural muy seleccionado.
Releí Ocnos al llegar a Sevilla, entendí mucho mejor entre otras cosas por qué no cita a la ciudad. Estamos tomando café al lado de donde su abuelo tenía la ferretería. -Y Miguel hace un leve movimiento con su torso y con su mano diestra se dirige al edificio que tenemos al lado.-
Estamos aquí al lado de la calle Acetres donde él vivía y jugaba en su niñez. El canto de Cernuda en Ocnos es el más bello homenaje poético hecho por un poeta a su ciudad, aunque sus conciudadanos tarden en reconocerlo o renieguen de él.
¿El canto del Mirlo? Nada que ver, solo de ocupación de territorio, de alerta, de apareo, de diversas situaciones que marcan su vida en espera de la muerte que no conoce porque pertenece por entero al comportamiento de su especie. Cuando muere no desaparece un individuo mirlo, continúa en otros que se comportarán del mismo modo.
El mirlo canta porque canta. El poeta canta también por intuición, porque no tiene como el ave más remedio, pero dispone del componente de la emoción que se ocupa en modular sin dejar que sea un mero grito —por muy bello que pueda resultar a oídos ajeno— pero carente de sentido. Sus palabras llaman a otras a través de los ritmos musicales en su prosodia, para asociarse de modo a menudo no voluntario en el poeta, sin necesidad de ser surrealista ni practicar la escritura automática.
Cuál es la vida que persigues.
Deseo que no cambie. No he logrado la plenitud de la eudemonía —la buena vida filosófica—. Pero estoy haciendo lo que me gusta, rodeado de gente que me quiere. El destino no lo controlamos en sus últimos designios, pero sí podemos aprender a no temerlo.
Si Dios es persona. Si el Big Bang es el fenómeno de explosión del Universo. Qué música, qué versos, intuyes que fueron los primeros.
No te lo sabría decir. Te voy a citar uno de los primeros poemas de Salvatore Quasimodo que se repetía en mi cerebro.
Cada uno está solo
en el corazón de la Tierra,
atravesado por un rayo de sol
y de pronto anochece.
Podría ser incluso la reflexión ingenua del primer hombre al contemplar a su alrededor. Desde mi niñez, ciertos ecos de palabras con una eufonía especial, que estaban unidas a un beso de mi madre, a un paisaje, a una emoción, producían en mi esa emoción poética primaria. La lengua española es de una inmensa riqueza. He practicado varias lenguas a lo largo de mi vida, pero el español, una lengua creada por pastores y capitanes de mesnadas dando gritos, tiene una sonoridad extraordinaria que de pronto puede volverse tierna en su plenitud de vocales abiertas y consonantes duras como piedras y a veces cortantes como espadas.
El folclore nace previamente, pero al tiempo que la poesía lírica de la repetición de las palabras y sonidos del trabajo (cantos de trilla, el martinete, etc.). De ahí salen verbos influidos por sonidos mezclados de modo emocional. Por ello es tan difícil la traducción. Tienes que encontrar por qué el poeta ha elegido esa palabra y no otra que tiene el mismo sentido pero suena distinto.
Hace años entrevisté a Yourcenar y me dijo que la única manera de traducir un poema era creando otro distinto, por eso mismo el traductor de poesía debe ser a su vez poeta. Yourcenar y Quasimodo en sus espléndidas versiones de la Antología Palatina demostraron que el literalismo es la anti traducción.
Miguel viendo como terminas un poema y su contenido, y comienzas el siguiente, uno siente una coherencia en los contenidos y en el uso del lenguaje. ¿Cómo has llegado a este punto creativo y de coherencia poética interna?
Es involuntario, lo da el oficio. Haber escrito mucha poesía te dota de un cerebro educado a esa práctica. Asimismo de las mejores páginas de prosa se podría en ciertos casos extraer un poema. Las palabras, en el caso por el que me preguntas se engarzan siguiendo el mismo camino trazado por el sentido. Como lo pueden hacer los átomos o las partículas del ADN.
O en el fenómeno llamado en latín Versura, que significa el punto en que el arado da la vuelta, al final del surco. Hay una cierta idea platónica en la versura, la del punto medio entre la poesía y la prosa o el límite invisible donde el que viene encuentra al que se va. A menudo el último verso de un poema se enlaza sin quererlo el poeta con el del próximo que escribe. Al menos en mi caso.
Tú, que has viajado y vivido en numerosos países. Qué te aporta la primavera andaluza, te hago esta cuestión por el poema Ritos de paso en primavera.
La primavera para mí, como sevillano —siempre me siento miembro del país que habito— es la Semana Santa y la Feria. Las vivo como un griego o un romano viviría por ejemplo los ritos de Eleusis. Es curioso que la Virgen María sea venerada por muchos andaluces ateos, agnósticos, y ello obedece al sentimiento primitivo de la Madre Tierra, Deméter o Gea, de la Pachamama de muchos indígenas americanos. Y existieron diosas antes que dioses en las cosmogonías de todos los pueblos y culturas. En el cristianismo, como en las religiones codificadas a raíz de tales mitos existen elementos enormemente emotivos ligados al sacrificio del Inocente...
¿Qué delicia tiene la insensatez que proclamas en uno de tus poemas?
¿La página blanca del loco? En lo irracional podemos hallar la verdad. Algunos psicoanalistas usan la hipnosis para que afloren los recuerdos, suspendiendo la consciencia. Ese poema al que te refieres tiene muchas lecturas. En la irracionalidad se esconde violencia y en ese poema se denuncia. Hay que aprender a leer en la página en blanco. Está llena de simbolismos.
Qué enseñanza para la vida tiene mirar y afrontar de frente la realidad de la muerte.
Conocerla, acostumbrarse a mirarla de frente a sus ojos fríos que decía Celaya. No hay que temerla. En Razón del mirlo lo he expresado así, como dijimos anteriormente. Sin embargo, hemos de saber que pervivimos en el recuerdo de los demás, en la memoria. Lo importante es procurarse una buena vida, una buena vida equilibrada.