José Manuel Mudarra en la Alameda.
Manuel Carmona Rodríguez
Desde hace un año, la compañía Semsa Teatro viene girando el clásico de Euripides Las bacantes, el grito de la Libertad. Lo está haciendo con éxito de público y crítica. Esta última semana de agosto a partir del miércoles y hasta el sábado pueden gozar de su puesta en escena en el majestuoso teatro romano de Baello Claudia. Bajo la luz de la luna, las chispeantes estrellas, el olor y la música del Atlántico que viene y que va, los espectadores podrán gozar de una obra y una representación que les sacudirá.
Hablamos con José Manuel Mudarra, Director de Semsa Teatro, acerca de los estímulos que le llevaron a elegir Las bacantes, los retos que suponen montar esta obra u otras en escenarios muy distintos, la capacidad del teatro para reivindicar cambios profundos en la persona, las instituciones y en los pueblos.
Qué te movió a llevar a escena Las bacantes.
La obra es una de las grandes de la historia del teatro, y siempre nos atrajo mucho la tragedia griega. En mi opinión, se trata de una de las más inquietantes y potentes piezas, no sólo de las tragedias griegas, sino de la literatura dramática. Creo, por otra parte, que presenta una esencia ideal para el lenguaje de la compañía y la contundencia de su mensaje, esa determinación mágica de lucha por la mujer, por la emancipación, por la libertad… demasiados ingredientes como para no tenerla en cuenta. La poesía, la filosofía y la fuerza dramática de Eurípides son tan seductoras…
Siguiendo con la anterior pregunta, qué actualidad hallas entre el texto de Euripides y nuestro tiempo.
Es un texto de rabiosa actualidad… La obstinación del poderoso por aferrarse a sus ideas, al poder, a la fuerza de la violencia, el clasismo, la segregación, el abuso de poder, la violencia contra las mujeres, el machismo, la lucha por la emancipación y la libertad, el análisis de la dualidad humana, la controversia que siempre genera decidirse entre pasión y razón, entre lo racional y lo racional, o ese lado oscuro de la locura, de las fuerzas mágicas, casi misteriosas de lo natural, el instinto, la naturaleza… Y sobre todo, para nosotros, la imprescindible conexión con nuestro mundo interior, el de cada espectador, debatiéndose entre Dionisos y Penteo… Dionisos propone una vuelta al instinto , a la pasión, a la naturaleza, a la vida… ¿No es actual su necesidad? ¿Y no lo es, también la necesidad de reflexionar sobre las consecuencias de los actos y sobre la venganza?
El baile, el canto, están muy presentes en la puesta en escena de esta obra y de otras que vosotros habéis representado como Antígona y Máquina Hámlet. ¿Por qué habéis apostado en Semsa Teatro por fundir teatro, palabra y danza?
Creemos en un teatro donde, si es preciso, el grupo deba responder a través de diferentes expresiones artísticas. En la antigüedad, en las tragedias griegas el canto y la danza eran muy utilizados, no sólo el recitado o los diálogos hablados. En nuestra forma de entender el teatro, dichas expresiones artísticas fundidas con nuestra visión de un teatro poético, físico, de fuerte componente corporal o biomecánico, son elementos enriquecedores.
Habéis representado esta obra en teatros como el Castillo de San Jorge -antiguo castillo de la Inquisición- y ahora vais a Baello Claudia -antiguo teatro romano a orilla del Atlántico-. ¿Qué dificultades habéis tenido que superar para hacer dos representaciones en dos escenarios distintos?
Siempre, como es lógico encontramos la problemática del espacio: dimensiones, entradas y salidas, acústica de la sala, etc, pero la necesidad de adaptar montajes tan coreográficos a diferentes espacios nos resultan siempre atractivos. El grupo concibe dicha dificultad como un reto de aprendizaje y superación, de ahí que nos parezca motivador. Además, el factor que aporta cada espacio, con su singularidad histórica, la riqueza que encierran sus piedras, la construcción propia de cada sitio… Cada lugar tiene una historia, una vida, un encanto, y eso nos atrae de manera muy especial, pues tratamos de encontrar en el espacio la conexión con nuestra propuesta. En Castillo de San Jorge en Sevilla, o en otros lugares muy diferentes como Castillo de Oropesa, Círculo de Arte de Toledo o salas más convencionales, las propuestas de Sennsa Teatro Laboratorio han tratado de adaptarse de la manera más versátil y comunicativa posible. Ahora el reto de Baelo Claudia en Tarifa, un espacio muy especial donde trataremos de encontrar ese punto de unión, como años anteriores en el Teatro Romano de Itálica o el de Sagunto.
Profundizando en la anterior cuestión, a ti como director qué te aporta adaptar una obra así a dos escenarios tan diferentes.
Me aporta muchísimo desde todos los puntos de vista: experiencia, riqueza creativa, posibilidad de investigación y la necesidad de crecimiento técnico, pues en la superación de diferentes dificultades uno debe buscar, aprender, reformular, etc. Pero lo que más me aporta es flexibilidad y apertura de mente.
El grupo humano de Semsa Teatro en Las bacantes.
A los actores qué esfuerzo extra les supone dos escenarios distintos. ¿Y al equipo técnico de iluminación y sonido?
Para el equipo es un gran trabajo, una ardua tarea, pero, gracias a Dios, contamos con un equipo de actores, técnico y ayudante de dirección increíble. No hay palabras para definir el trabajo tan intenso, tan generoso y tan comprometido que están llevando a cabo no sólo en la adaptación técnica a dichos espacios, sino en la construcción del montaje desde el primer día. A eso se suma el trabajo de nuestra asesora coreográfica, diseño y realización de vestuario, atrezzo, espacio sonoro, maquillaje, etc… En fin un equipo que ha trabajado para que este montaje, y otros, estén desarrollándose de una manera tan hermosa. Nada de esto es posible sin cada uno de ellos. Su esfuerzo y talento lo hacen posible. Por eso, la respuesta es que les supone mucho esfuerzo y sacrificio, pero nos merece mucho la pena. Mucho.
Me comentabas que habéis estado representando Las bacantes, el grito de la libertad en teatros del norte de España con gran acogida del público. ¿Qué crees que ha atrapado a ese público norteño durante las representaciones?
Sin duda, la gira por el norte de España ha sido muy satisfactoria, porque la acogida fue muy calurosa a nuestros espectáculos. Creo que les atrae una concepción moderna de los clásicos, y un espíritu de ruptura y de fuerza poética. También decían verse atraídos por la energía del trabajo y el potencial comunicador de voces y cuerpos. Estamos muy agradecidos a ese público tan generoso y cariñoso, aunque también en Andalucía hemos recibido muy buenas críticas y una gran acogida de público. En nuestra comunidad, en un año han visto ya Las Bacantes, el grito de la libertad unas 3000 personas, y esperamos seguir mostrando este trabajo que tanto nos ilusiona. Hemos sido nominados además a varios premios del teatro andaluz con este montaje, entre ellos, el de mejor versión o mejor iluminación. Se trata pues de una obra muy bien acogida, y le estamos muy agradecidos al público y a la crítica por ello. Seguiremos esforzándonos por crecer.
¿Qué rasgos comunes observas entre el público teatral del norte y del sur de España? ¿Y qué rasgos diferenciados aprecias?
No hay demasiadas diferencias en lo esencial. Históricamente el público andaluz estaba menos acostumbrado a propuestas más contemporáneas, pero gracias al trabajo de muchos compañeros, grandes profesionales, que han presentado montajes de mucha calidad, la gente se va acostumbrando a otros lenguajes y se observa una mayor apertura a circo, o danza contemporánea, teatro físico. Más variedad de espectáculos que propician esa apertura mental tan necesaria aquí antiguamente. Hoy no hay tanta diferencia. Cuando algo es bueno y les gusta, lo valoran aquí y allí.
Una pregunta desde el plano empresarial, ¿qué es necesario hacer para que espectáculos de la calidad del vuestro se incluya en las agencias de viajes de España como un servicio más de España que se ofrezca a turistas y viajeros?
Gracias por incluirnos como espectáculo de calidad, pero creo que lo primero que deben hacer los grupos, empezando por el nuestro es entrenar, ensayar y enfrentarse al hecho teatral con el mayor de los respetos y un tremendo amor. Trabajar desde la necesidad de la búsqueda, afianzando valores y principios eternos del arte y el teatro y entender este trabajo como un compromiso de transformación del ser humano y la sociedad. A partir de ahí, si hay que incluir espectáculos teatrales en agencias turísticas y otras es una cuestión que puede valorarse, ofrecer cultura siempre es bueno y consumirla es una buena forma de revolución.
¿Qué supondría para compañías como Semsa Teatro u otros artistas que sus espectáculos se incluyeran como servicios que ofrecer a los millones de extranjeros que visitan nuestro país al año?
Bueno, podría ser interesante, tal vez, por la promoción que supone, pero insisto en que los teatreros deben centrarse en crear y generar montajes comprometidos con le teatro y los valores de estos.
Sobre qué te gustaría hablar que no hayamos hablado.
Sólo agradecerte tu lucha, Manuel, a favor de la cultura y el teatro. También agradecer a los espectadores y compañeros de profesión que nos apoyan. Y, por supuesto, recordarnos a nosotros mismos la necesidad de no capitular y seguir luchando por un mundo justo y solidario, donde reine la igualdad y la justicia. No se trata de un grito vacío, sino de la necesidad de mantenernos unidos en una lucha justa allí donde uno esté, ya sea en el teatro, en el periodismo, en cualquier sitio. El teatro tiene hoy más sentido que nunca, porque desenmascara la mentira y nos hace pensar. No capitulemos.